miércoles, 28 de octubre de 2009

la dimension material dela comunicacion oral

Antes de abordar este interrogante quisiera invitar a tomar cierta distanda de la lógica de la escritura que ha configurado la perspectiva de análisis de todos los fenómenos orales dejando de lado su forma material y reduciéndolos a textos escritos, por lo cual la labor del estudioso de la comunicación oral se ha visto limitada a transcribir el contenido de lo que se dice vía oral.
La mayoría de trabajos sobre la comunicación oral se han contentado con coleccionar relatos orales transcribiéndolos. En algunos casos después de transcribirlos se les analiza como cualquier texto escrito de acuerdo con ciertos esquemas disciplinarios lingüísticos, psicológicos o sociológicos -entre otros-.
El proceso de transcripción implica un proceso de adaptación a las lógicas de la escritura y de la lectura. La palabra hablada, gesticulada, inserta en un cuerpo en movimiento y en interacción con otros cuerpos se convierte en una palabra escrita gradas a un proceso de transcripción, en el que se elimina la voz que remite a una gestualidad y a un lenguaje corporal. En cuanto al contenido del relato oral éste sufre un proceso de "uniformación". Son raros los textos sobre relatos orales que reproducen sus múltiples "decires", o sea diferentes transcripciones. En el mejor de los casos se busca una versión que recoja los elementos comunes de diferentes versiones del relato. Se eliminan las repeticiones características de toda narración oral, así como tonos y pausas. Se incorporan comas, puntos seguidos, puntos finales, etc. que estructuran lo dicho bajo un ritmo que está relacionado con las diferentes convenciones de la lectura, aunque éstas no reproduzcan la comunicación oral. Se altera consecuentemente la dimensión espacio -temporal del fenómeno.
La transcripción implica domesticar el ritmo, conquistar y detener el tiempo de esa palabra fluida, en permanente movimiento y transformación. Se introduce cierta permanencia, así como se produce un espacio relativamente fijo para analizar ese texto efímero y fluido que es el texto oral. En este sentido la transcripción significa también traslado. En el proceso de transcripción la palabra hablada y gesticulada, transcrita se ve trasladada a un libro, se convierte también en una letra o palabra firmada que lleva el nombre, el sello, o identidad del recopilador o del analista y de la editorial. La voz anónima, colectiva, considerada sin legitimidad en sociedades en donde el texto escrito goza de mayor prestigio, adquiere otra identidad. Se introduce en el campo de los "decires" autorizados, oficiales, dentro de las instituciones académicas. Se convierte en un corpus legítimo que lleva la marca de un sujeto dado, que pertenece a un gremio de especialistas, lo cual lo convierte en "un material analizable", "legible" en el campo de las disciplinas científicas. Evidentemente no toda palabra firmada goza del mismo prestigio. Esto depende del recopilador o del que le haya puesto su nombre. No es lo mismo que algún mito oral aparezca en un libro de Lévi-Strauss o de un recopilador desconocido en el ambiente académico, pero reconocido por la gente de la comunidad a la que pertenece el mito recolectado.

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