miércoles, 28 de octubre de 2009

evento comunicativo y sus caracteristicas

La voz de la que habla Zumthor, es una voz en acto, en actuación, que proyecta al cuerpo en movimiento y que siempre está íntimamente ligada al gesto. Por eso habla de! acto vocal, concepto a través del cual recoge los aportes de la pragmática, especialmente a Austin (1962) al referirse a los actos de habla. Además el término "acto vocal" y el de "acción oral-auditiva compleja" le permite subrayar la producción sonora que implica hablar.
La etnología del habla destaca igualmente la acción, o sea el momento de la producción del texto oral. Dentro de esta perspectiva se persigue pasar de{ análisis de la lengua, de los estudios gramaticales al estudio de las reglas sociales que rigen el habla y de la distinta manera de hablar en diferentes contextos culturales. Es de interés "mover el punto de atención del contenido de lo narrado, del texto al evento comunicativo" (Hymes, 1971:46).
Frente a otras tendencias semiológicas o antropológicas que se contentan con analizar el contenido o el evento narrado, la etnología del habla destaca el acontecimiento de narrar. "El contar es el cuento; de ahí que el narrador, su historia y su audiencia estén todos interrelacionados como componentes de un mismo proceso continuo que es el evento comunicativo" (Ben Amos, 1971:10)
A través del término "evento" se subraya el acontecimiento singular en el tiempo y espacio que constituye el acto de la narrar, por lo cual se afirma que el evento narrado está entretejido por el mismo evento de narrar, lo cual significa que existe una interpenetración compleja entre las estructuras discursivas y las estructuras del evento de narrar (Bauman, 1986).
Esto lleva a tomar en cuenta en toda producción oral múltiples factores situacionales. Entre éstos se mencionan las identidades y roles de los participantes en la comunidad estudiada, así como las reglas y normas básicas de su interacción social.
Desde esta perspectiva, es necesario estudiar cada evento comunicativo verbal dentro del conjunto de eventos verbales de una comunidad y tomar siempre en cuenta las categorías particulares de definición y clasificación de los sujetos estudiados.
Le confieren importancia al registro de los elementos paralingüísticos en la transcripción de los textos orales (tono, volumen, pausas, cadencias, ritmos) (Tedlock, 1971).
En esta comente se utiliza también el término de actuación, "performance" y "performance oriented approach" con el fin de destacar la dimensión teatral y artística de la producción verbal sobre todo en contextos que se caracterizan por poseer una cultura de la escritura con poco arraigo.
Si bien esta categoría es acertada cuando se trata de describir una producción oral que implica una dramatización (un intérprete y una audiencia), no me parece muy acertada para describir la comunicación oral cotidiana.Vale la pena mencionar en este punto la perspectiva microsociológica de Erwing Goffman, estudioso de los rituales de interacción que rigen los intercambios comunicativos. Este autor no sólo toma en cuenta el lenguaje verbal y el lenguaje no verbal o corporal, sino además la dimensión teatral de todo ritual de comunicación oral.
Ahora bien, hay dos aspectos que vale la pena distinguir en la concepción de Goffman: por un lado, la puesta en escena que implica toda conversación, en donde los interlocutores están jugando un rol social frente a los otros y por otro, la dramatización de un texto en el momento de narrarlo.
Con respecto al primer aspecto, Goffman señala que la comunicación verbal es un proceso de negociación en el que los participantes están permanentemente definiendo y redefiniendo la situación comunicativa (el marco o encuadre de la interacción, el "framing"). Para ello establecen conjuntamente de una manera explícita o implícita lo que está sucediendo, el significado del encuentro. Marcan cuales son los límites del comportamiento apropiado. Se otorgan diferentes roles o papeles sedales y definen, por lo tanto, la estructura de interacción y las expresiones adecuadas para ese momento.
De acuerdo con Goffman el conflicto es parte constitutiva de este proceso en el que los participantes luchan por imponer su propia definición o redefinición de las situaciones. Por ello, desarrollan movimientos estratégicos que Goffman define como movidas o jugadas (moves) tomando la concepción de Wittgenstein de juegos de lenguaje, con el fin de destacar las relaciones de fuerza y la dimensión del poder que está implícita en todos los intercambios comunicativos.
En este sentido consideramos que cada relato oral es el resultado no sólo de la suma de informaciones o relatos que cada interlocutor puede traer en una conversación, sino del proceso de negociación de los roles o papeles sociales a jugar entre los diferentes interlocutores.
En el otro sentido, lo teatral significa la recreación de un retato ya vivido por el hablante o por el sujeto del que habla el hablante para involucrar al interlocutor. En este sentido Goffman afirma:
"Parece como si empleásemos nuestro tiempo no tanto en proveer información sino hacer espectáculos. Y se observa que esta teatralidad no está basada en la simple demostración de sentimientos o exhibiciones fingidas de espontaneidad o cualquier otra cosa... El paralelismo entre el escenario y la conversación es mucho más profundo que esto. El meollo es que normalmente cuando un individuo dice algo, él no está diciéndolo como una aseveración de un hecho... el está recontando. Está recorriendo una secuencia de eventos ya determinados para implicar a la gente que lo escucha". (Goffman, 1974: 508).
Si se aplica esta acepción de lo teatral para entender la comunicación oral, se podría decir que en la construcción de las narraciones orales los distintos interlocutores narran, viven y reviven, crean y recrean, construyen y reconstruyen dramáticamente algún suceso. De la misma manera se podría añadir que sin necesidad de un escenario el hablante crea una atmósfera específica de suspenso a través de los tonos de la voz, las pausas, miradas, gestos así como movimientos corporales.
Ahora bien, consideramos que si bien cada situadón de producción oral implica una puesta en escena o negociación de los roles sociales que asumen los distintos interlocutores, no lleva consigo necesariamente una dramatización de lo narrado. Esto último ya es un producto del proceso de negociación que juegan los distintos interlocutores y del tipo de identificación que se permite asumir en determinado contexto grupal. En este sentido, la dramatización o no dramatizadón es parte de la negociación, ya que ésta implica la definición y redefinición no sólo de los signos verbales, las palabras, lo dicho, sino de los tonos, los gestos, así como su carácter dramático específico.
Vale la pena resumir el deslizamiento de unas categorías analíticas en otras en el intento de comprender la dinámica de producción y transformación del texto oral (acto, acción, evento, acontecimiento, negociación, actuación, representación) que permiten contemplar distintos aspectos de dicha producción.
Las categorías de "acto de habla" y de "acción" señalan la importancia de estudiar el contexto de enunciación de cualquier enunciado, las reglas de interacción social que intervienen en su producción; la categoría de "vocal", y "acción oral-auditiva compleja" subrayan la dimensión material de los múltiples signos y sentidos involucrados; tas categorías de "evento" o "acontecimiento" narrativos permiten poner énfasis en la interrelación del evento narrado y los múltiples factores sociales que intervienen en la producción narrativa oral, en el evento comunicativo, en el evento de narrar; la categoría de "negociación" destaca el proceso permanente de redefinición de los roles y encuadre de la interacción oral, su dimensión del poder; y las categorías de actuación y performance permiten tomar en cuenta los elementos teatrales en la producción narrativa oral.
Otro tipo de desplazamiento teórico se produce cuando se pasa del estudio de enunciados aislados en los actos de habla (en la pragmática) al análisis de todo un texto y conjunto de textos narrativos en los estudios de la etnología del habla (Hymes, 1962, 1964).
Pasemos a la siguiente interrogante: ¿Qué es la tradición y memoria oral? Tradición y memoria oral:
Me gustaría tratar brevemente este tema e invitar a tomar distanda de la mirada nostálgica que ha impregnado a los estudios de la tradición oral.
De acuerdo con dicha mirada en la tradición oral se encuentra la verdadera cultura, la auténtica, el pasado puro de nuestros antepasados que se está perdiendo. Desde esa concepción histórica el pasado se concibe como hecho acabado, concluido.
La tradición oral no es un pasado estancado, a la espera de que el folklorista la rescate. Ella vive y se transforma permanentemente.
trabajo sumamente sugerente sobre la interrelación entre la voz y la letra plantea que la tradición es "la sene abierta, indefinidamente extensa en el espacio y en el tiempo de las manifestaciones variables de un arquetipo". El arquetipo a su vez no es concebido como un modelo estático, dado que "designa un conjunto de las virtualidades preexistentes a toda producción textual" (Zumthor, 1987:174).
La tradición combina la reproducción y la mutación. La variabilidad de la tradición oral es actualización y creación continua mnémica. La memoria tanto colectiva como individual a la que se refiere es una memoria también activa que revela un funcionamiento cambiante y creador. En ese sentido el pasado no es estático, está siempre en permanente reelaboración.
En el momento de producción y transformación de las narraciones orales se ve actualizada la tradición y la memoria colectiva en un evento irrepetible que está configurado por el entorno físico, por la situación discursiva y por unas circunstancias que sitúan el texto oral en el espacio y el tiempo. El relato oral y sus diferentes versiones existen en el tiempo y en el espacio. El tiempo de una versión de un relato oral implica tanto la duración de un evento de producción del relato corno el tiempo social o contexto histórico en el que se integra.
La tradición oral está en permanente transformación. Es más aunque a veces esa tradición posea formas escritas, no cesa de existir oralmente. Cada actualización de la tradición por el hecho de ocurrir en un día especial, en una hora y en un lugar específico estando participando ciertos sujetos, le incorpora a la tradición una nueva pertinencia, le adjudica una capacidad de movilización en discursos nuevos.
Ahora bien, falta ver cómo la tradición oral adquiere características específicas y funciona de diferentes maneras de acuerdo con su diferente vínculo con distintas tecnologías comunicativas.
Diferentes culturas orales en América Latina
Se entiende por culturas orales por un lado los rituales de interacción verbal y por otro, los textos que circulan vía oral en un contexto histórico determinado.Considero que todo intercambio social, toda comunicación y por lo tanto toda oratidad, incluso aquella que algunos autores conciben como primaria (Ong, 1982) está estructurada por pautas culturales específicas y por formas particulares de producción y transmisión del saber.
En este sentido, no creo que pueda haber una oralidad no configurada por convenciones sociales. La lengua ya es un producto de la cultura, un "médium", en el sentido de una forma que estructura los intercambios verbales.
Parto de la idea de que hay diferentes oralidades o diferentes culturas orates según las pautas culturales que rigen los procesos de comunicación verbales en los contextos en los que se producen y de acuerdo con la manera como dichos procesos estén marcados por los diferentes lenguajes y tecnologías. Esto último lleva a hablar de una oralidad más o menos configurada por la escritura, la radio, la televisión -entre otros-, así como por la interacción de las múltiples convenciones que rigen a estos lenguajes.
Las sociedades latinoamericanas están sufriendo un creciente proceso de urbanización. El papel de las modernas tecnologías comunicativas y de la escritura es cada vez mayor, lo cual interviene en la transformación de las culturas orales en nuestros países.
Dentro de estas tecnologías se ven incluidas todas aquellas que han transformado las condiciones de obtención, producción, conservación, circulación, reproducción y transformación del saber. Entre éstas se tienen en mente sobre todo a las computadoras y a aquellas que se emplean para la producción de mensajes (radio, televisión, cine), para su circulación masiva (satélites, cable, antena parabólica) y para su reproducción (fotocopiadoras, videocaseteras, videojuegos).
Actualmente el antropólogo, el lingüista, el comunicólogo que pretende estudiar la tradición oral debe preguntarse si es solamente oral o si no es el producto de una simbiosis con formas escritas, radiofónicas o audiovisuales. Un ejemplo de ello es la leyenda de La Llorona en México que se supone que tiene raíces prehispánicas en el mito de la Cihuacóatl y que en el tiempo de la Colonia cobra una versión más parecida a las formas actuales, la cual queda plasmada en forma escrita. Actualmente se asiste a la reproducción y transformación de esta leyenda en múltiples formas escritas, en historieta, como obra de teatro, en versión cinematográfica y no por ello ha dejado de circular oralmente. Lo que sí se puede afirmar es que debido a su diferente naturaleza material y a que participa de otro mundo significante debe de estar sujeta a otras interpretaciones. No por ello se ha convertido en un tema poco interesante para el estudioso de la comunicación oral, ni mucho menos.
En este contexto hay que añadir que estudiar las narraciones orales de los sujetos hablantes permite abordar los procesos de elaboración de las diferentes tradiciones orales, así como los procesos de interpretación de los discursos provenientes de las tecnologías modernas comunicativas. Estos últimos no terminan en el momento de la recepción, en casa. Los itinerarios, tiempos, resignificaciones de los mensajes que ponen en circulación fas tecnologías comunicativas son múltiples e impredecibles. La elaboración que los grupos y colectividades hacen de ellos estimulan frecuentemente procesos de comunicación orales y locales, en donde la interpretación de dichos mensajes ponen en juego y a funcionar otro conjunto de narraciones y esquemas hermenéuticos de culturas locales que merecen atención.
Al final de este recorrido se invita a hablar más que de la oratidad que es una categoría abstracta, de la voz y la palabra hablada, gesticulada, dramatizada. Se invita a indagar el cuerpo actual de la tradición actual, en donde la voz se interrelaciona con la letra, la letra con la voz y ambos con los signos audiovisuales provenientes de las nuevas tecnologías, los cuales, a su vez, son resignificados nuevamente por los sujetos sociales en las interacciones vocales.
Se invita a dejar de pensar nostálgicamente en los relatos de los abuelos que se pierden para reflexionar sobre la manera como los sujetos latinoamericanos continúan reelaborando oralmente las tradiciones orales de antes con las tradiciones escritas y los discursos audiovisuales contemporáneos a partir de los conflictos políticos y culturales del presente.
Bibliografía de este tema:
Austin, J.L. (1962), How to do things with words, Oxford Universtty Press, Oxford.
Bauman, Richard (1986), Story, performance and event, Cambridge University Press, Cambridge.
Ben-Annos, Dan (1971), Toward a Definition of Folklore in Context, en: Joumal ofAmerican Folklore, Vol. 84, 331:3-15.
Benveniste, Emile (1966), Problemas de lingüistica general, Siglo XXI, México, 1978.
Brunwand, Jan Haroíd (1981), The Vanishing Hítchhiker, Norton, New York.
De Certeau, Michel (1978), La escritura de la historia. Universidad Iberoamericana, México, 1985.
Geertz, Clifford (1989), El antropólogo como autor. Patíos, Barcelona, 1989.
Goffman, Erving (1974), Frame Analysis, Northeastern University Press. Bostón.
Hymes, Del) (ed)(1964), Languages in Culture and Society, New York.
Hymes, DeH (1962), The etnography of speaking, en Gladwin, Thomas/ Sturtevant, Wiffiam, eds, Anthropotogy and human
Paúl Zumthor, estudioso de la cultura oral en la Edad Media y que realizó un

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